domingo, 28 de octubre de 2018

Con la sexta extinción masiva en marcha peligran las especies... y los programas políticos conservadores de derecha e izquierda



Nuestro planeta ha pasado ya por cinco procesos de extinción masiva y todas han tenido un denominador común: sus causas fueron naturales (meteoritos, supervolcanes, etc.). En este mismo momento, según la unanimidad de los científicos, estamos en el inicio de un sexto proceso, mucho más devastador por la velocidad inusitada de la extinción de especies y que a diferencia de las causas de las anteriores este tiene su origen en la artificialidad del ser humano. A un ritmo demoledor como el que le imprime el aparato depredador del capitalismo, no hay forma alguna de darle tiempo a las especies, ni siquiera al humano, de adaptarse a los cambios virulentos que se desatan para todos lados. Si a esto le sumamos el dato también científico de que los supervivientes de los extinciones anteriores no lo lograron por algún poder extraordinario de adaptación, sino por la suerte misma, donde el azar jugó un papel importante, como el caso del cocodrilo sobreviviente del Cretácico, pues bien, el panorama no es solo alarmante, es inquietante. 
Algún izquierdista (yo no le hablo a la derecha nunca por obvias razones de irrecuperabilidad) alguna vez me dijo que la verdadera lucha revolucionaria estaba en la fábrica, con los obreros y sus condiciones dignas de trabajo y no salvando ballenas o animalitos. Nunca le dije que estaba en contra de lo primero, pero que me parecía que lo segundo no puede estar subordinado a lo primero, en todo caso es una lucha paralela o superior. En fin, sigo pensando lo mismo y con más ahínco que la lucha por nuestros puestos de trabajo, que paradógicamente son las que colaboran con ese proceso de extinción masiva, cada día se vuelve más reaccionaria y acelera nuestra extinción.

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