jueves, 24 de enero de 2019

Quien afirme que la tecnología humana logrará salvar a la civilización occidental del colapso miente descaradamente




Hay que dejar el antropocentrismo y pasarse al gaiacentrismo (Gaia = biosfera) . Aunque seamos humanos y defendamos humanos, no es razón para desconocer la existencia de la empatía, esta vez con Gaia. Nuestro conflicto surge porque la modernidad capitalista se ha des-integrado de la gaia, es decir su modelo civilizatorio se ha hecho insostenible.

Un físico español, Carlos de Castro Carranza, habla de la necesidad de reivindicar lo que él llama el Principio de humildad, el cual debe reconocer que Gaia lo hace y lo hará siempre mejor que nosotros.  Por ejemplo, la sociedad capitalista moderna  presume de la fábrica de coches Minis Cooper en Inglaterra. Sin embargo, esa tecnología es una mierda comparado con una bacteria. Desde el punto de vista de los procesos, de la complejidad como el de la regulación, es una mierda. Otro ejemplo, los fertilizantes buscan fijar el nitrógeno. Mientras los hongos lo hacen en cualquier sitio a temperaturas y presiones  normales, nosotros necesitamos hacerlo a 400 grados de temperatura y presiones de varias atmósferas, etc.  O sea, mucho más costoso para hacer lo que un simple hongo hace a temperatura ambiente.  No tenemos tecnología para hacer eso. Fijar el nitrógeno de una manera eficientemente barata, simplemente, no podemos, mientras que la tecnología Gaia sí. 

Vayamos a otro ejemplo, comparemos la planta fotovoltaica con un árbol. Comparemos ambas tecnologías, la fotonsíntesis con el proceso fotoeléctrico. 

Primero digamos que la planta fotovoltaica es una tecnología de punta, y solo está disponible en algunos lugares, mientras que la tecnología del árbol está por cualquier lado.
A decir verdad, la planta fotovoltaica solo transforma en electricidad el 2% o menos de la radiación que recibe (otro cantar es ese 20% que dicen los tecnólatras que se dan en condiciones de laboratorio). Por el lado de la fotosíntesis, se habla de una transformación del 1%. Pero la diferencia es que mientras la planta fotovoltaica solo produce electricidad (y en términos negativos provoca daños colaterales como los residuos) , el árbol tiene multifunciones, que además de producir fotosíntesis produce energía almacenada. Un árbol produce aproximadamente 10 vatios. A su vez, el árbol alimenta energéticamente a todos los animales. En la biosfera todo se mueve gracias a la fotonsíntesis. Los animales se alimentan de plantas  y están los que se alimentan de animales que a su vez se alimentaron de plantas; por lo que toda esa energía fluye gracias a los árboles. Pero como si fuera poco, un árbol se adapta a los cambios y se reproduce (las plantas fotovoltaicas no lo hacen), así como se alimenta solo y se autorepara. Además, el árbol bombea agua. Con todo esto se calcula que el rendimiento de un árbol en términos energéticos es del 50 %, algo muy superior al 2% de la planta fotovoltaica.
En fin, la tecnología gaiana, como lo es la de los árboles, es tan superior que además de todo lo dicho anteriormente colabora con los ciclos del agua, del oxígeno, del carbono, del nitrógeno y del fósforo. El árbol es uno de los grandes ingenieros de la biosfera.
La civilización humana, a pesar de su pedantería promovida por la modernidad capitalista, no solo no le hace ni sombra al árbol en materia tecnológica, sino que es la muestra decadente de un mundo al borde del colapso.

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