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Oscarcito Varsavsky nos advierte en este formidable librito
un resumen de lo que es este bloque macizo de la falopa cientificista. La ciencia,
ya todos los sabemos (aunque algunos se olvidan de esto por completo), no es neutral.
Refleja generalmente el sistema que le permite su desarrollo. En la cuestión
ecológica y crisis civilizatoria en la que estamos adentrándonos, muchos pretenden negarlo a partir de la premisa de que no hay muchos estudios pormenorizados sobre las causales
del colapso y de la degradación espeluznante en la que estamos, pero estas
personas olvidan cómo funciona la comunidad científica y el porqué de la no existencia de material científico más contundente sobre lo que realmente está pasando en nuestro planeta. En el capítulo tres de
esta obra, Varsavsky nos lo recuerda. Para ser un verdadero científico hay que
entrar a la comunidad científica, y eso significa publicar la mayor cantidad
posible de paper en revistas científicas. Cuanto más se cite el paper, más mide
la influencia el científico en el “mercado” de pares. A su vez, cuanto más se
cita al científico más se publicita el éxito de los subsidios que permitieron
la publicación. Ese mecanismo de ingreso y movilidad interna en el grupo social
de científicos, a su vez, depende de las autoridades que derivan, por un lado, de
aquellos científicos con antecedentes y, por otro, de las fundaciones que pusieron la
guita. Por supuesto que un paper implica un alto grado de inteligencia. Nadie
lo duda. Pero un paper no es para nada
un indicio de sabiduría ni siquiera la de una buena idea. Es más, como dice el
propio Varsavsky, no es raro que no haya aparecido en todas estas décadas
ninguna idea de calibre al estilo Darwin, Einstein, Pasteur, Marx, Freud, etc.
Solo tenemos toneladas de paper de dudoso aporte a la evolución de la ciencia. Cuando
un falopa nos tira simplemente un paper como “argumento” sin poder ubicarlo en
un contexto crítico más amplio podemos hacerle recordar la debilidad de su
forma de encarar la crítica. Los dejo con las implicancias de lo que es un
paper en términos de pensamiento crítico:
“Piénsese en lo trillado y nítido del camino que tiene que seguir un joven para
llegar a publicar. Apenas graduado se lo envía a hacer tesis o a perfeccionarse
al hemisferio Norte, donde entra en algún equipo de investigación conocido. Tiene
que ser rematadamente malo para no encontrar alguno que lo acepte. Para los graduados de países subdesarrollados
hay consideraciones especiales, becas, paciencia.
Allí le enseñan ciertas técnicas de trabajo -inclusive a
redactar papers-, lo familiarizan con el instrumental más moderno y le dan un
tema concreto vinculado con el tema general del equipo, de modo que empieza a
trabajar con un marco de referencia y concreto.
Es difícil para los no investigadores darse cuenta de la
ventaja que esto último significa. Se le especifica incluso qué tipo de
resultados se esperan, o qué hipótesis debe probar o refutar. Puede consultar
con sus compañeros -a veces también con el jefe del equipo, pero es más raro
que sea accesible, porque está de viaje, o con problemas administrativos, o
porque es demasiado excelso para que se lo moleste-, dispone de la bibliografía
y tecnología necesarias, escucha los comentarios de los visitantes, y puede
dedicarse a su trabajo a tiempo completo. Cuando consigue algún resultado, la
recomendación de su jefe basta para que su trabajo sea publicado en una revista
conocida, y ya ha ingresado al club de los científicos.
Nótese que en todos estos pasos la inteligencia que se
requiere es más receptiva que creativa, y receptiva en el tema de que se trata,
nada más”.
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