jueves, 3 de junio de 2021

El mundo falopa de los papers

 


Oscarcito Varsavsky nos advierte en este formidable librito un resumen de lo que es este bloque macizo de la falopa cientificista. La ciencia, ya todos los sabemos (aunque algunos se olvidan de esto por completo), no es neutral. Refleja generalmente el sistema que le permite su desarrollo. En la cuestión ecológica y crisis civilizatoria en la que estamos adentrándonos, muchos pretenden negarlo a partir de la premisa de que no hay muchos estudios pormenorizados sobre las causales del colapso y de la degradación espeluznante en la que estamos,  pero estas personas olvidan cómo funciona la comunidad científica y el porqué de la no existencia de material científico más contundente sobre lo que realmente está pasando en nuestro planeta.  En el capítulo tres de esta obra, Varsavsky nos lo recuerda. Para ser un verdadero científico hay que entrar a la comunidad científica, y eso significa publicar la mayor cantidad posible de paper en revistas científicas. Cuanto más se cite el paper, más mide la influencia el científico en el “mercado” de pares. A su vez, cuanto más se cita al científico más se publicita el éxito de los subsidios que permitieron la publicación. Ese mecanismo de ingreso y movilidad interna en el grupo social de científicos, a su vez, depende de las autoridades que derivan, por un lado, de aquellos científicos con antecedentes y, por otro,  de las fundaciones que pusieron la guita. Por supuesto que un paper implica un alto grado de inteligencia. Nadie lo duda. Pero un paper  no es para nada un indicio de sabiduría ni siquiera la de una buena idea. Es más, como dice el propio Varsavsky, no es raro que no haya aparecido en todas estas décadas ninguna idea de calibre al estilo Darwin, Einstein, Pasteur, Marx, Freud, etc. Solo tenemos toneladas de paper de dudoso aporte a la evolución de la ciencia. Cuando un falopa nos tira simplemente un paper como “argumento” sin poder ubicarlo en un contexto crítico más amplio podemos hacerle recordar la debilidad de su forma de encarar la crítica. Los dejo con las implicancias de lo que es un paper en términos de pensamiento crítico:

“Piénsese en lo trillado y nítido del camino que tiene que seguir un joven para llegar a publicar. Apenas graduado se lo envía a hacer tesis o a perfeccionarse al hemisferio Norte, donde entra en algún equipo de investigación conocido. Tiene que ser rematadamente malo para no encontrar alguno que lo acepte.  Para los graduados de países subdesarrollados hay consideraciones especiales, becas, paciencia.

Allí le enseñan ciertas técnicas de trabajo -inclusive a redactar papers-, lo familiarizan con el instrumental más moderno y le dan un tema concreto vinculado con el tema general del equipo, de modo que empieza a trabajar con un marco de referencia y concreto.

Es difícil para los no investigadores darse cuenta de la ventaja que esto último significa. Se le especifica incluso qué tipo de resultados se esperan, o qué hipótesis debe probar o refutar. Puede consultar con sus compañeros -a veces también con el jefe del equipo, pero es más raro que sea accesible, porque está de viaje, o con problemas administrativos, o porque es demasiado excelso para que se lo moleste-, dispone de la bibliografía y tecnología necesarias, escucha los comentarios de los visitantes, y puede dedicarse a su trabajo a tiempo completo. Cuando consigue algún resultado, la recomendación de su jefe basta para que su trabajo sea publicado en una revista conocida, y ya ha ingresado al club de los científicos.

Nótese que en todos estos pasos la inteligencia que se requiere es más receptiva que creativa, y receptiva en el tema de que se trata, nada más”.


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