jueves, 13 de mayo de 2021

Cuba como primera planificación decrecentista de gran escala

 

Cuba es quizás el único país sustentable en el mundo. Pero dicho carácter no se debe a su modelo socialista, sino a un conjunto de factores políticos externos que lo obligaron a llegar a esa forma de adaptación con la naturaleza. Esos factores externos se produjeron en el llamado "periodo especial", con el colapso de la URSS y el bloqueo económico que le impuso el gobierno norteamericano. Las presiones a Cuba obligaron  a la fuerza y de la noche a la mañana a abandonar su dependencia de los combustibles fósiles. Comenzaría así la primera experiencia decrecentista planificada a una escala superior. Millones de cubanos se vieron forzados a andar en bicicleta y a buscar la agroecología como única forma de realizar la agricultura sin derivados del petróleo (fertilizantes, pesticidas, tractores, etc.). En los 90, La Habana, que alguna vez vivió el apogeo de la industria del azúcar, se había convertido un gran huerto urbano (26.000 huertos públicos) para satisfacer la mitad de las necesidades nutricionales. Ese ejemplo es interesante para contrarrestar las críticas de la derecha e izquierda desarrollista de que las huertas son inviables por sí mismas para alimentar a la población. Y otro es el debate de si lo que se discute es el querer o no agarrar la pala. 

Ese decrecimiento forzoso, pero planificado, se realizó en una isla pobre y los resultados fueron más que buenos. La salud media del cubano mejoró sosteniblemente a raíz del no exceso de comidas, y el abandono brutal de la carne. Cuando se habla de la pobreza en Cuba, hay que distinguir de qué pobreza se habla y sobre qué contexto. Si comparamos la isla con los estándares de confort de las modernas ciudades, por supuesto que reina la pobreza. Si consideramos que hay que abandonar el combustible fósil, y las razones son varias y urgentes, Cuba no es pobre, es rica y es un ejemplo viviente de que hay posibilidades de construir otro tipo de sociedad. Convengamos que el régimen castrista es un obstáculo en la construcción de la diversidad de formas de adaptación al entorno. A raíz de su concepción centralista de la economía la "pobreza" se acentúa más, pero está abierta la posibilidad de que esa austeridad ecológica (incluso forzada en la isla y no todavía asumida conscientemente por todos) aumente la mejoría de la vida con mayor descentralización y empoderamiento de los individuos. Es decir, no estamos diciendo que el modelo cubano es el ejemplo al que hay que copiar taxativamente, sino que con todos esos factores externos e internos que obstaculizaron su decrecimiento, para que sea menos violento, menos injusto, menos caótico, a pesar de todo, ha logrado resistir y mantener la vida en un marco de estabilidad. 

Cuando el desarrollista afirma demagógicamente que es imposible abandonar la agroindustria y que la agroecología es impracticable esquiva dos problemas. No entiende que hay que abandonar los combustibles fósiles y que la biodiversidad solo se logra con un método agroecológico, y lo peor que hay sobrados ejemplos, el de Cuba es el más significativo por la escala, que potencialmente lo desasnan, 

Ya sabemos que cuando el decrecimiento se imponga por su propia fuerza histórica, como en Cuba, habrá quienes sabrán cómo arreglárselas, y otros que frente al miedo a sudar la gota gorda pretenderán abandonar la Isla, en este caso, el planeta. 


https://www.theguardian.com/world/2013/apr/09/hard-times-heart-disease-diabetes-cuba#:~:text=The%20hard%20times%20experienced%20by,disease%20and%20diabetes%2C%20say%20doctors.





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