lunes, 29 de abril de 2019

Desurbanizar



Bolívar Echeverría invita a leer la ciudad capitalista a través de un hipotético diálogo de las obras de Marx y Braudel. En el marco de un inminente colapso de la civilización occidental, frente a la imposibilidad de seguir sosteniendo la configuración que han alcanzado nuestras ciudades capitalistas, habrá que recurrir a otros de modos de habitar los espacios y los tiempos.  Aunque a la mayoría de los habitantes de nuestras ciudades no les guste la idea, desurbanizar no solo será necesario, sino forzoso.

“la ciudad capitalista se basa no ya en la subordinación del campo a la ciudad, como en el caso de la ciudad burguesa, sino en la subsunción total de lo rural a lo urbano, en la sujeción, la explotación, la destrucción incluso, del campo en beneficio de la ciudad. La gran ciudad es -diría Braudel- un parásito que se constituye en la negación absoluta de lo rural.
En lugar de intento de armonizar lo rural y lo urbano que hay en los tres tipos de ciudad esbozados anteriormente como otros tantos intentos de diálogo entre la ciudad y el campo, en la ciudad capitalista se refleja la tendencia a reconstruir todo el planeta bajo la forma de ciudad, de hacer la ciudad absoluta o ciudad total y convertir al campo en mero intersticio del espacio citadino. Se trata de la negación de las formas de vida del campo en cuanto tal. El campo  pasa a ser en definitiva una proyección del espacio citadino, al que ha sido totalmente subordinado sin autonomía. Sus planes de subsistencia los recibe ahora directamente de la ciudad, ya no tiene un modo propio de organizar la producción y el consumo sino que todas sus iniciativas son indicaciones impuestas u obligadas por la ciudad. La gran ciudad capitalista se considera a sí misma absoluta, necesita del campo pero sólo como un apéndice suyo.  Se plantea a sí misma como capaz de improvisar un campo artificial hechos a su medida. La ciudad burguesa dominaba ya sobre el campo pero lo respetaba como existente por sí mismo y en el fondo impenetrable. La gran ciudad capitalista no respeta la especificidad del campo sino que lo tiene como entidad técnicamente sustituible que puede ser producida a partir de las necesidades citadinas. […]
El campo ya no es una entidad que entregue a partir de su propia necesidad determinados frutos para la ciudad, sino que ha pasado a ser una rama industrial más, la agroindustria, una simple           prolongación de la periferia industrial”.

sábado, 16 de marzo de 2019

No hay planeta B



Mientras la izquierda fósil y esclerotizada se la da de infalible frente a los peronchos (en otras partes del mundo eso se da con otras fuerzas políticas) , los pibes por suerte empiezan a entender que hay que dejar de rezar no solo en la mezquita y en la iglesia, sino  también ( y esto es mucho más importante) en locales de los partidos donde manifiestamente se rinde culto a los ídolos de Lenin y Trotsky entre otros. Aprendan muchachos, ustedes los evangelistas políticos de siempre, que no son capaces de revisar sus programas políticos obsoletos porque para ustedes ese cambio sería en realidad el colapso. 

Los jóvenes del mundo se ponen en la primera línea contra el cambio climático

Cientos de jóvenes estudiantes se reunieron en la Plaza de los Dos Congresos


Cientos de jóvenes estudiantes se reunieron en la Plaza de los Dos Congresos Fuente: LA NACION - Crédito: Daniel Jayo


Cientos de miles de estudiantes realizaron protestas en varias ciudades contra lo que consideran la inacción frente al calentamiento global de la mayoría de la dirigencia política


16 de marzo de 2019  
LONDRES.- Robándole la iniciativa a los dirigentes políticos del planeta, cientos de miles de estudiantes de todo el mundo dejaron ayer sus clases para realizar una huelga mundial en protesta contra la falta de medidas de los gobiernos para combatir el calentamiento global.
"El cambio climático es peor que Voldemort", rezaba un cartel hecho a mano que llevaba un estudiante en Wellington, en referencia al malvado mago de los populares libros y películas de Harry Potter. "Los océanos suben de nivel, nosotros también", decía otro en Sidney.
"Están destruyendo nuestro futuro", "No hay un planeta B", rezaban algunas de las pancartas. La consigna más repetida fue: "Si ustedes no actúan como adultos, nosotros lo haremos".
Las protestas estudiantiles en capitales y ciudades como Wellington, Melbourne y Sidney llevaron a las calles a decenas de miles de personas. Estudiantes llenaron calles y plazas en Londres, Copenhague, Roma, Viena, Zurich, París, Bruselas, Berlín, Lisboa y Buenos Aires. También había convocadas manifestaciones en México, Brasil, Estados Unidos y otros países de América.

Los estudiantes sostienen carteles durante una manifestación contra el cambio climático en Nueva York, EE. UU.

Los estudiantes sostienen carteles durante una manifestación contra el cambio climático en Nueva York, EE. UU. Fuente: Reuters - Crédito: Shannon Stapleton
El movimiento mundial de estudiantes comenzó en agosto pasado, cuando la activista sueca Greta Thunberg, de 16 años, comenzó a protestar por el cambio climático frente a su Parlamento en días de escuela. A raíz de sus acciones, se la propuso para el Premio Nobel de la Paz.


"Hemos nacido en este mundo, vamos a tener que vivir con esta crisis toda nuestra vida. También lo harán nuestros hijos, nietos y las generaciones venideras", dijo Thunberg. "No vamos a aceptar esto. Estamos en huelga porque queremos un futuro y vamos a continuar".
En Delhi, Shagun Kumari, de 13 años, denunció que sus "ojos sufren por la contaminación". "Quiero un aire que no afecte mis pulmones y agua limpia que no me haga enfermar".
En París, entre 29.000 jóvenes, según la policía, y 40.000, según los organizadores, desfilaron entre los monumentos del Panteón y los Inválidos. "Y uno y dos y tres grados es un crimen contra la humanidad", se leía en algunos carteles.

Un manifestante, con una máscara que representa al presidente de los Estados Unidos Donald Trump, participa en una protesta contra el cambio climático, en Londres, Gran Bretaña.

Un manifestante, con una máscara que representa al presidente de los Estados Unidos Donald Trump, participa en una protesta contra el cambio climático, en Londres, Gran Bretaña. Fuente: Reuters - Crédito: Henry Nicholls
En Londres, miles marcharon con pancartas como "El futuro está en nuestras manos" y "Faltamos a las lecciones para enseñarte una".
En Roma, miles de estudiantes comenzaron su protesta en el Coliseo antes de marchar por el centro histórico de la ciudad. Más de 10.000 personas marcharon por Lausana, Suiza, y miles más por Zurich.
En Buenos Aires, en tanto, cientos de jóvenes estudiantes se autoconvocaron por medio de las redes sociales en Congreso para sumarse a la protesta global.
Este movimiento iniciado por jóvenes recibe el apoyo de otras generaciones. Unos 23.000 científicos de Alemania, Austria y Suiza firmaron una declaración para conferir más fuerza a la petición ecologista.
Agencias Reuters, AFP y DPA


martes, 29 de enero de 2019

William Morris y su abandono de las ciudades



William Morris tiene esta novela -poco conocida- que es una descripción de la invasión de la ciudad al campo, sí, como leyeron, unos ciudadanos desesperados por volver a ser campesinos. Es que la novela intenta imaginar el paso del capitalismo al socialismo, y para los años que corren para su pluma (1890) se puede decir que Morris es todo un adelantado. El hipotético socialismo, con todo lo que sabemos en pleno siglo XXI, no tendrá más remedio que abandonar progresivamente las complejas ciudades y hacer lo que Morris dice en la novela, crear lo justo y necesario, ni un poco más ni menos.

Aquí el libro:
https://es.scribd.com/document/274308346/Noticias-de-Ninguna-Parte-William-Morris-Novela

domingo, 27 de enero de 2019

James Lovelock, un imprescindible



Fascinante libro y que todo humano sobre la tierra debe leer. James Lovelock un científico que demostró que la ciencia no siempre está al servicio de la razón capitalista, aun siendo financiada por ella misma. En este libro sienta las bases de su Hipótesis Gaia, la cual plantea que la biosfera terrestre es un sistema autorregulado. 

Lovelock no es cualquier científico; a finales de los 60, fue llamado por la NASA para que fabricara nada menos que un aparato capaz de detectar vida en Marte. En sus estudios descubrió -antes de que las misiones espaciales llegaran con sus sondas- que en Marte no podía haber vida. Partió del razonamiento de que Marte no podría tener abundancia de vida, pues si fuera así, su mera presencia modificaría las propiedades del entorno radicalmente; en el caso de la Tierra tiene concentraciones de gases muy alejadas del equilibrio químico, como el oxígeno, que es muy reactivo y debería desaparecer si no fuera precisamente por la presencia de vida. Como la atmósfera de Marte era químicamente  inerte -en equilibrio-, la conclusión de Lovelock era que en Marte no podía existir vida, salvo quizás en trazas. A la NASA no le gustó la idea (que dejaba sin "propaganda" las misiones a Marte). Obviamente a la mayoría de la comunidad científica, que es mecanicista, no le gustó esta visión organicista de la evolución, sin embargo, Carl Sagan lo ayudó a publicar este notable paso adelante en la investigación en su famosa revista Icarus. Hoy sabemos que Lovelock es imprescindible para abandonar el enfoque pesimista de que la naturaleza es una fuerza primitiva a someter y conquistar, así como aquella idea de que nuestro planeta sería una nave demente sin piloto ni propósito que da vueltas interminables alrededor del Sol. 

Pero, por sobre todo, Lovelock nos ayuda a posicionarnos políticamente frente al desequilibrio ecológico. Si Gaia es una entidad compleja que comprende el suelo, los océanos, la atmósfera y la biosfera terrestre y ese  conjunto constituye un sistema cibernético autorregulado por realimentación que se encarga de mantener en el planeta un entorno físico y químicamente óptimo para la vida, los humanos y sus programas políticos deben cambiar radicalmente bajo pena de ser eliminados por los procesos regulatorios de Gaia.

jueves, 24 de enero de 2019

Quien afirme que la tecnología humana logrará salvar a la civilización occidental del colapso miente descaradamente




Hay que dejar el antropocentrismo y pasarse al gaiacentrismo (Gaia = biosfera) . Aunque seamos humanos y defendamos humanos, no es razón para desconocer la existencia de la empatía, esta vez con Gaia. Nuestro conflicto surge porque la modernidad capitalista se ha des-integrado de la gaia, es decir su modelo civilizatorio se ha hecho insostenible.

Un físico español, Carlos de Castro Carranza, habla de la necesidad de reivindicar lo que él llama el Principio de humildad, el cual debe reconocer que Gaia lo hace y lo hará siempre mejor que nosotros.  Por ejemplo, la sociedad capitalista moderna  presume de la fábrica de coches Minis Cooper en Inglaterra. Sin embargo, esa tecnología es una mierda comparado con una bacteria. Desde el punto de vista de los procesos, de la complejidad como el de la regulación, es una mierda. Otro ejemplo, los fertilizantes buscan fijar el nitrógeno. Mientras los hongos lo hacen en cualquier sitio a temperaturas y presiones  normales, nosotros necesitamos hacerlo a 400 grados de temperatura y presiones de varias atmósferas, etc.  O sea, mucho más costoso para hacer lo que un simple hongo hace a temperatura ambiente.  No tenemos tecnología para hacer eso. Fijar el nitrógeno de una manera eficientemente barata, simplemente, no podemos, mientras que la tecnología Gaia sí. 

Vayamos a otro ejemplo, comparemos la planta fotovoltaica con un árbol. Comparemos ambas tecnologías, la fotonsíntesis con el proceso fotoeléctrico. 

Primero digamos que la planta fotovoltaica es una tecnología de punta, y solo está disponible en algunos lugares, mientras que la tecnología del árbol está por cualquier lado.
A decir verdad, la planta fotovoltaica solo transforma en electricidad el 2% o menos de la radiación que recibe (otro cantar es ese 20% que dicen los tecnólatras que se dan en condiciones de laboratorio). Por el lado de la fotosíntesis, se habla de una transformación del 1%. Pero la diferencia es que mientras la planta fotovoltaica solo produce electricidad (y en términos negativos provoca daños colaterales como los residuos) , el árbol tiene multifunciones, que además de producir fotosíntesis produce energía almacenada. Un árbol produce aproximadamente 10 vatios. A su vez, el árbol alimenta energéticamente a todos los animales. En la biosfera todo se mueve gracias a la fotonsíntesis. Los animales se alimentan de plantas  y están los que se alimentan de animales que a su vez se alimentaron de plantas; por lo que toda esa energía fluye gracias a los árboles. Pero como si fuera poco, un árbol se adapta a los cambios y se reproduce (las plantas fotovoltaicas no lo hacen), así como se alimenta solo y se autorepara. Además, el árbol bombea agua. Con todo esto se calcula que el rendimiento de un árbol en términos energéticos es del 50 %, algo muy superior al 2% de la planta fotovoltaica.
En fin, la tecnología gaiana, como lo es la de los árboles, es tan superior que además de todo lo dicho anteriormente colabora con los ciclos del agua, del oxígeno, del carbono, del nitrógeno y del fósforo. El árbol es uno de los grandes ingenieros de la biosfera.
La civilización humana, a pesar de su pedantería promovida por la modernidad capitalista, no solo no le hace ni sombra al árbol en materia tecnológica, sino que es la muestra decadente de un mundo al borde del colapso.

miércoles, 23 de enero de 2019

Thoreau y su vuelta al bosque


"Si un hombre pasea por el bosque por placer todos los días, corre el riesgo de que le tomen por un haragán, pero si dedica el día entero a especular cortando bosques y dejando la tierra árida antes de tiempo, se le estima por ser un ciudadano trabajador y emprendedor. ¡Como si una ciudad no tuviera más interés en sus bosques que el de talarlos!"
La lectura que se ha hecho de Thoreau ha sido, en su generalidad, burguesa. Que los hippies se hayan apropiado de sus textos y que los sectores de izquierda hayan menoscabado su valor no significa más que la confirmación del carácter burgués de su comprensión. La vuelta a los bosques, hoy, con la esquizoide tala de árboles a cuestas, no es solamente un planteo de vivir bajo un árbol. Tal vuelta impone un cambio total de paradigma frente a la naturaleza, frente a las estúpidas conductas humanas, frente al devenir del capital. Thoreau apuntó contra el mito del progreso con una puntería inusitada para se época.
Thoreau nos advertía que un árbol (el capitalismo) no nos dejaría ver el bosque, y cuando lo querramos ver, así como vamos, tendremos que verlo por fotos únicamente.
aquí el pdf para leerlo:

martes, 11 de diciembre de 2018

La derecha mundial se prepara para el colapso, la izquierda...



En estos precisos momentos, la ONU está decidiendo en Marrakech formalizar un pacto migratorio mundial que no es otra cosa que preparar el terreno jurídico para enfrentar lo inevitable, lo que muchos deciden no querer asumir o negar: el colapso de nuestra civilización occidental. En el borrador ya se avizora el temor ineludible de una ola imparable de refugiados ambientales, así como la creencia de continuar con el capitalismo a como dé lugar. El mundo se prepara para el impacto de tiempos durísimos, implacables. Desde la política conservadora, con discurso progresista, se prepara la forma de alertar a los gobiernos del mundo que la muerte de millones de personas están preparándose en este camino de declive energético y destrucción del medio ambiente. Urge que los llamados revolucionarios del mundo entiendan que existe un nuevo escenario político, sin precedentes en la historia humana, que nos pondrá a prueba en todos los órdenes. Son muchas las señales que nos advierten nuestros yerros y nuestra ingenuidad frente a lo que vamos a enfrentar. 
 Lo que digo no es distopía, señores, es la más pura realidad:
Aquí algunos fragmentos del documento y más abajo el link como el documento completo:
12. El propósito de este Pacto Mundial es mitigar los factores adversos y estructurales que impiden que las personas puedan labrarse y mantener medios de vida sostenibles en sus países de origen, obligándolas a buscar futuro en otros lugares. Con él pretendemos reducir los riesgos y vulnerabilidades a que se enfrentan los migrantes durante las distintas etapas de la migración respetando, protegiendo y cumpliendo sus derechos humanos y proporcionándoles atención y asistencia. Aspiramos a abordar las preocupaciones legítimas de las comunidades, reconociendo que las sociedades están experimentando cambios demográficos, económicos, sociales y ambientales de diferente magnitud que pueden repercutir en la migración o derivarse de ella. Nuestra intención es crear condiciones propicias que permitan a todos los migrantes enriquecer nuestras sociedades con su capacidad humana, económica y social, y hacer así que les sea más fácil contribuir al desarrollo sostenible a nivel local, nacional, regional y mundial.
13 [...] para todos cuando se basa en buena información, se planifica y es objeto de consenso. La migración nunca debería ser fruto de la desesperación, pero, cuando lo es, debemos cooperar para responder a las necesidades de los migrantes que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad y asumir los desafíos correspondientes. Debemos colaborar para crear condiciones que permitan a las comunidades y las personas vivir con seguridad y dignidad en su propio país. Debemos salvar vidas y evitar que los migrantes sufran daño [...].

15. Estamos de acuerdo en que este Pacto Mundial se basa en un conjunto de principios rectores, que son transversales e interdependientes, a saber:
[...]
b) Cooperación internacional. El Pacto Mundial es un marco de cooperación no vinculante jurídicamente que reconoce que ningún Estado puede abordar la migración en solitario por ser esta un fenómeno intrínsecamente transnacional que requiere cooperación y diálogo a nivel internacional, regional y bilateral. Su autoridad dimana de su carácter consensuado, su credibilidad, su titularidad colectiva y el hecho de que su aplicación, seguimiento y examen sean conjuntos; 
c) Soberanía nacional. El Pacto Mundial reafirma que los Estados tienen el derecho soberano a determinar su propia política migratoria y la prerrogativa de regular la migración dentro de su jurisdicción, de conformidad con el derecho internacional. Dentro de su jurisdicción soberana, los Estados podrán distinguir entre el estatus migratorio regular e irregular, incluso al decidir con qué medidas legislativas y normativas aplicarán el Pacto Mundial, teniendo en cuenta sus diferentes realidades, políticas y prioridades, y los requisitos para entrar, residir y trabajar en el país, de conformidad con el derecho internacional; [...]

Desastres naturales, efectos adversos del cambio climático y degradación ambiental:
h) Intensificar los análisis conjuntos y el intercambio de información para cartografiar, comprender, predecir y afrontar mejor los movimientos migratorios, como los que puedan derivarse de los desastres naturales repentinos y de evolución lenta, los efectos adversos del cambio climático, la degradación ambiental y otras situaciones precarias, velando al mismo tiempo por que se respeten, protejan y cumplan efectivamente los derechos humanos de todos los migrantes; 
i) Formular estrategias de adaptación y resiliencia a los desastres naturales repentinos y de evolución lenta, los efectos adversos del cambio climático y la degradación ambiental, como la desertificación, la degradación de las tierras, la sequía y la subida del nivel del mar, teniendo en cuenta las posibles consecuencias para la migración, pero reconociendo que es prioritaria la adaptación en el país de origen;
j) Integrar consideraciones relativas al desplazamiento en las estrategias de preparación para casos de desastre y promover la cooperación con los países vecinos y otros países interesados para preparar mecanismos de alerta temprana, planificación para imprevistos, almacenamiento, coordinación, planificación de evacuaciones, acuerdos de recepción y asistencia e información pública; 
k) Armonizar y desarrollar enfoques y mecanismos subregionales y regionales para abordar la vulnerabilidad de las personas afectadas por desastres naturales repentinos y de evolución lenta, velando por que tengan acceso a una asistencia humanitaria que satisfaga sus necesidades esenciales y por que se respeten plenamente sus derechos allá donde se encuentren, y promoviendo resultados sostenibles que aumenten la resiliencia y la autosuficiencia, teniendo en cuenta la capacidad de todos los países interesados; 
l) Formular enfoques coherentes para encarar los desafíos que plantean los movimientos migratorios en el contexto de los desastres naturales repentinos y de evolución lenta, incluso teniendo en cuenta las recomendaciones pertinentes de los procesos consultivos liderados por los Estados, como la Agenda para la Protección de las Personas Desplazadas a Través de Fronteras en el Contexto de Desastres y Cambio Climático y la Plataforma sobre el Desplazamiento por Desastres.

[...]
Objetivo 5: Aumentar la disponibilidad y flexibilidad de las vías de migración regular
c) Examinar y revisar las opciones y vías existentes para la migración regular, con miras a optimizar la correspondencia entre la oferta y la demanda de aptitudes en los mercados de trabajo y abordar las realidades demográficas y los desafíos y oportunidades del desarrollo, en función de las demandas del mercado de trabajo y la oferta de aptitudes locales y nacionales, en consulta con el sector privado y otros interesados pertinentes;
[...]
Objetivo 8: Salvar vidas y emprender iniciativas internacionales coordinadas sobre los migrantes desaparecidos 24. Nos comprometemos a cooperar en el plano internacional para salvar vidas y evitar que los migrantes resulten muertos o heridos, realizando operaciones individuales o conjuntas de búsqueda y salvamento y estandarizando la recopilación y el intercambio de información pertinente, para asumir la responsabilidad colectiva de preservar la vida de todos los migrantes de conformidad con el derecho internacional. Nos comprometemos además a identificar a las personas muertas o desaparecidas y a facilitar la comunicación con las familias afectadas. [...]


domingo, 28 de octubre de 2018

Con la sexta extinción masiva en marcha peligran las especies... y los programas políticos conservadores de derecha e izquierda



Nuestro planeta ha pasado ya por cinco procesos de extinción masiva y todas han tenido un denominador común: sus causas fueron naturales (meteoritos, supervolcanes, etc.). En este mismo momento, según la unanimidad de los científicos, estamos en el inicio de un sexto proceso, mucho más devastador por la velocidad inusitada de la extinción de especies y que a diferencia de las causas de las anteriores este tiene su origen en la artificialidad del ser humano. A un ritmo demoledor como el que le imprime el aparato depredador del capitalismo, no hay forma alguna de darle tiempo a las especies, ni siquiera al humano, de adaptarse a los cambios virulentos que se desatan para todos lados. Si a esto le sumamos el dato también científico de que los supervivientes de los extinciones anteriores no lo lograron por algún poder extraordinario de adaptación, sino por la suerte misma, donde el azar jugó un papel importante, como el caso del cocodrilo sobreviviente del Cretácico, pues bien, el panorama no es solo alarmante, es inquietante. 
Algún izquierdista (yo no le hablo a la derecha nunca por obvias razones de irrecuperabilidad) alguna vez me dijo que la verdadera lucha revolucionaria estaba en la fábrica, con los obreros y sus condiciones dignas de trabajo y no salvando ballenas o animalitos. Nunca le dije que estaba en contra de lo primero, pero que me parecía que lo segundo no puede estar subordinado a lo primero, en todo caso es una lucha paralela o superior. En fin, sigo pensando lo mismo y con más ahínco que la lucha por nuestros puestos de trabajo, que paradógicamente son las que colaboran con ese proceso de extinción masiva, cada día se vuelve más reaccionaria y acelera nuestra extinción.

martes, 9 de octubre de 2018

Según la ciencia, o cambiamos todo (o casi todo) o nos morimos. Así de simple pero compleja es la ecuación.



Chasing Ice es un documental demoledor que propinaría varios knockout técnicos a muchos "conservadores" de izquierda . El trabajo hecho por el fotógrafo James Balog demuestra que  la catástrofe no es catastrofismo, es nuestro más triste destino y para el cual debemos prepararnos.




El analfabeto es una persona que le tiene más confianza a lo que ven sus ojos que a lo escrito, por obvias razones. Un sector de la humanidad, incluido grandes sectores de la izquierda revolucionaria que se jacta de su erudición, también hay que tratarlos como a esos analfabetos, porque hacen caso omiso a los llamados de los científicos comprometidos a colocar el gran problema del calentamiento global en el lugar que corresponde: el centro de todas las atenciones. Entonces, qué mejor para estos subestimadores que la de colocarle frente a sus ojos un par de kilómetros de hielo cayendo sobre sus cabezas. El documental es hermosamente terrible. Las cámaras de James Balog cambiarán tu perspectiva sobre cómo vivir los últimos años de tu vida, te lo aseguro.

jueves, 13 de septiembre de 2018

La isla de Tangier no necesita de greenpeace ni tampoco de la izquierda religiosa

Este viernes con la llegada del gigantesco huracán Florence, la Isla Tangier, Costa Baja del Este en Virginia, le dirá adiós a su existencia. Con solo unos cuantos pies sobre el nivel del mar, será barrida de la historia por los efectos del cambio climático. Paradógicamente, la casi totalidad de sus habitantes,que venían sufriendo la erosión constante que amenazaba la integridad de la isla desde hace mucho tiempo, votaron a Donald Trump, el negador serial del cambio climático y que bajó a su país del Acuerdo de Paris. Los isleños de Tangier, ultra-religiosos, tampoco creen en el cambio climático y solo piensan que con dinero todo se arregla. En estos días comprenderán su error de la manera más cruda.

Para los que dicen que hay que hacer la revolución para empezar a hablar del cambio climático y cómo enfrentarlo, aquí un ejemplo de la estupidez de esa afirmación, que no es otra cosa que la misma respuesta de estos isleños, la subestimación del problema. Los de Tangier no solo no quieren el socialismo, no saben que va a caer sobre sus cabezas el propio peso de su amor al sistema capitalista. Nunca entendieron que lo que este viernes llegará a sus casas será de alguna forma aquellos votos a Trump, que es la respuesta que tiene el ecosistema para todos los que hemos permitido continuar con este delirante sistema depredador. Este ejemplo de Tangier se puede llevar a cualquier parte del planeta y el escenario será casi el mismo, donde la población además de estar desinformada y sin preparación para resistir los embates del colapso tiene a su alrededor a gente como Trump y a un importante sector de la izquierda anticapitalista que anda invocando a los dioses del marxismo para que se haga presente la revolución socialista y solo allí, recién allí, empezar a integrar el problema del colapso.

O empezamos a discutir el tema con seriedad o terminaremos como los isleños de Tangier, que por estos dos días seguirán siendo los dueños del lugar, porque el viernes, sus viejos esclavos (los cangrejos azules y ostras) los relevan en el poder.



lunes, 13 de agosto de 2018

Los marxistas deben separar entre ecologismo y ecología de manera urgente



Comúnmente suele confundirse “medio ambiente” y “ecologismo” y, en el peor de los casos, ambos términos con el de “ecología”. Precisemos. El ecologismo es el activismo con el objetivo establecido de mejorar el medio ambiente. Lo cual se traduce en programas de educación pública, de apoyo, legislación y tratados. Mientras que la Ecología es una ciencia, un estudio científico de la relación entre los organismos y su medio ambiente.
Para testificar de la larga historia del término (no se puede alegar ignorancia solamente) traigo a colación la primera referencia explícita de la palabra “ecología”, la cual data de 1866 cuando el zoólogo alemán Ernst Haeckel, luego de leer a Darwin, escribió:
“Entendemos por ecología el cuerpo del conocimiento referido a la economía de la naturaleza, la investigación de las relaciones totales del animal tanto a nivel inorgánico como orgánico. Incluye sobre todo, sus relaciones amistosas y no amistosas con aquellos animales y plantas con los cuales entra en contacto directa o indirectamente, en una palabra, la Ecología es el estudio de aquellas relaciones complejas a las que se refería Darwin como condiciones de lucha por la existencia”.
Según vemos en Haeckel, la lucha por la existencia (teoría de la selección natural) es la piedra angular de la ciencia de la ecología. Provee un mecanismo que permite que el estudio de la ecología vaya más allá de las descripciones de la historia natural y examina los procesos que controlan la distribución y la abundancia de organismos.
Dicho esto, ¿qué espera el marxismo contemporáneo en todas sus variantes e intérpretes en incorporar dicha ciencia en la reelaboración de sus programas políticos? Es incongruente que la política marxista (de las demás corrientes se puede llegar a entender su interesado reduccionismo) solo privilegie a la economía, la sociología, la psicología y la filosofía, en desmedro de una de las ciencias más importantes y estructurales de la existencia, la ecología. Es obsceno que hablemos de las tasas de interés y la proporcionalidad de los ajustes del sistema sin mirar las limitaciones ecológicas que nos plantean el estado actual de nuestra biosfera. El marxismo debe ser superado, no hay dudas de ello. Una abordaje comprometido de nuestros problemas no puede  solo reducirse el análisis  y propuesta de acción sobre la mera  cuestión económica de la lucha de clases. Debe sumarle nuevas aristas que replanteen tanto la cuestión organizativa para la lucha como el tipo de propaganda y preparación para el futuro inminente. Y es  la Ecología a la que deberemos recurrir principalmente para plantear consignas que sean consistentes con lo que el socialismo pretende, que no es otra que lograr sobrevivir a esta gran colapso, sin que ello signifique renegar de la sepultura de la burguesía y su sociedad de consumo.
 



lunes, 6 de agosto de 2018

La conciencia es un proceso complejo pero que depende de formas simples de vida que no están siendo atendidas

La humanidad imprime su huella en el mundo natural y lo transforma, pero lo que muchos se olvidan o no quieren aceptar, incluso un sector amplio de la izquierda anticapitalista, es que también la naturaleza imprime su huella en el mundo humano y lo transforma:
«.. el capullo desaparece al abrirse la flor, y podría decirse que aquél es refutado por ésta; del mismo modo que el fruto hace aparecer la flor como un falso ser allí de la planta, mostrándose como la verdad de ésta en vez de aquélla. Estas formas no sólo se distinguen entre sí, sino que se eliminan las unas a las otras como incompatibles. Pero, en su fluir, constituyen al mismo tiempo otros tantos momentos de una unidad orgánica en la que lelos de contradecirse son todos igualmente necesarios, y esta igual necesidad es cabalmente lo que constituye la vida del todo.» Prólogo de Fenomenología del Espíritu.
Es evidente que la naturaleza biológica tiende transformarse en naturaleza humana consciente, es decir, existe ya la subjetividad en forma latente en los niveles orgánico e inorgánico de la realidad que revela un empeño hacia la conciencia; pero es falso que los humanos seamos superiores al resto de la naturaleza, lo cual debe hacernos replantear los marcos del "dominio" impuestos desde distintas variantes políticas que van de derecha a izquierda. En realidad, aunque seamos un grupo de organismos muy complejo y subjetivo, somos en realidad más dependientes del fitoplacton de los océanos -formas muy simples de vida-, que nos proporciona gran parte del oxígeno atmosférico, que el fitoplacton de nosotros.
Con todos los cambios, desequilibrios, pérdida de diversidad y daños en la naturaleza, todavía hay los que andan diciendo que los programas políticos de cien años atrás todavía no deben cambiar un ápice.

sábado, 4 de agosto de 2018

La leyenda de Ragnarok y su visión ecológica

La leyenda de Ragnarok pertenece a la cosmogonía nórdica y es una de las profecías que más se acercan al sentido de la desintegración social y que más proyectan una visión ecologista de la vida. La leyenda describe una época en la que los seres tenían ámbitos propios: los dioses ocupaban una región celestial, y los hombres vivían en la tierra debajo de la cual yacía el oscuro y helado territorio de gigantes, los enanos y los muertos. Estas regiones estaban conectadas entre sí a través de un fresno, llamado el Árbol del mundo, cuyas altas ramas llegaban al cielo, y cuyas raíces llegaban a las más hondas profundidades de la tierra. Y aunque este árbol iba siendo devorado constantemente por los animales, permanecía siempre verde, revitalizado. Los dioses, quienes habían diseñado este mundo, gobernaban en un precario estado de tranquilidad. Pero el orden mundial de estos dioses se quebró cuando éstos se descubrieron sedientos de riqueza. Torturaron a la bruja Guelveig (creadora del oro) para obligarla a que revelara sus secretos. La discordia entre los dioses y los hombres pronto se hizo presente. los primeros comenzaron a romper sus juramentos; la corrupción, la traición, la inquina y la ambición comenzaron a dominar el mundo. Con esta ruptura la unidad primigenia estaba condenada. Con la violación del equilibrio, la batalla final, donde todos los contendientes, incluido los dioses perecerían (esto significa Ragnarok). Nada habría de subsistir excepto las piedras desnudas y los océanos. A pesar de esta desintegración total, el mundo habría de resucitar, habría de ser purgado de sus tempranos males y de la corrupción que lo había destruido. 
Mucho más tarde supimos que los vikingos en sus incursiones guerreras en Europa empezaron a contaminar la sacralidad nórdica. La codicia de riqueza dividió primero a las familias. Luego las jerarquías erigidas sobre la valentía se vieron corrompidas por un sistema de privilegios basados en la posesión material. Así los clanes y las tribus se fueron separando y los juramentos entre los hombres fueron rotos al por mayor. El comercio logró que los vikingos no solo se mataran entre ellos sino que dieron inicio a la tala de aquel Árbol del mundo. 
Los nórdicos creían que primero se debía prender fuego todo este mundo para regenerarlo, que el próximo aprendería de los errores del anterior. Ya en el siglo XXI (han pasado varios años de la aparición de la leyenda en las Eddas que data de 1000 D.C) ya sin vikingos, seguimos su camino de reventar el Árbol del mundo, prendiendo fuego todo y matándonos entre sí más que nunca y como si fuera poco, adoramos a un nuevo dios, al capital. Como las tendencias destructivas y reconstructivas del mundo están demasiado distanciadas una de otras como para dar lugar a una reconciliación, las expectativas de la mitología nórdica de regenerar el mundo están más que muertas. Más que nunca este mundo solicita un mito de la adaptación al desastre, que nos ilusione con lo que nos queda de ese Árbol del mundo, para surfear las inmensas olas que nos prepara la barbarie capitalista.