El problema con las tendencias dominantes de la izquierda
durante el siglo XX –la socialdemocracia y el movimiento comunista de
inspiración soviética– fue la aceptación del modelo de fuerzas productivas
realmente existente. Mientras la primera se limita a una versión reformada –a
lo sumo keynesiana– del sistema capitalista, el segundo desarrolló una forma
colectivista – o capitalista de Estado– de productivismo. En ambos casos, la cuestión
del medio ambiente quedó descartada, o fue marginada. Lówy sabe que la izquierda o reorienta su
política o desaparece.
En el libro se analizan las
diversas tendencias dentro de la corriente del ecosocialismo, que
indefectiblemente la izquierda deberá realizar también para sacar conclusiones.
Marx dentro de sus limitaciones históricas aportó también al ecosocialismo,
dejando en claro que no podemos dar vueltas como calesitas frente a nuestra
reponsabilidad de clase, más en momentos cruciales para la vida humana.
Marx en La Guerra Civil en Francia escribía: Los trabajadores no pueden
apoderarse del aparato de Estado capitalista y hacerlo funcionar a su servicio.
Deben destrozarlo y reemplazarlo por otro, de naturaleza totalmente distinta,
una forma no estatal y democrática de poder político. Qué quería decir Marx,
que muchas de las ramas de producción deben desaparecer (por ejemplo, las automotrices). Es decir, o nos dejamos de romper las bolas o nunca lograremos
el socialismo, que traducido en esta etapa de la historia significa nada menos que el peligro real de la
extinción humana.
Löwy plantea en este marco que es necesario un cambio cualitativo del
desarrollo, el cual deberá orientar la producción hacia necesidades auténticas,
el agua, alimento, ropa y vivienda. Ahora bien, sin marxismo, sin partido
revolucionario internacional, sin conciencia de los verdaderos problemas
apremiantes, sin combate al sectarismo, sin la toma del poder, sin una teoría
política ecologista que logre el sustento socioecológico, en fin, sin
revolución mundial y destrucción total del capitalismo y sus instituciones y
pensamiento burgués, no habrá salvación de la humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario