lunes, 26 de junio de 2017

250.000 toneladas de basura nuclear bajo nuestros cimientos teóricos








El proletariado no tiene ya ninguna chance de erigirse como el único sujeto histórico que lleve en la punta de su lanza la revolución, serán las masas en su heterogeneidad y conciencia las que tendrán chances de semejante acción revolucionaria y supervivencia. Si no vean y analicen este documental.

En Finlandia se está construyendo uno de los cementerios nucleares más grandes del mundo, Onkalo (oculto). En la actualidad los reactores nucleares sobrepasan los 400 y muchos gobiernos están en tratativas de reflotar políticas pro-nucleares. Estas construcciones monumentales que esconden los residuos nucleares son extremadamente costosas monetaria y energéticamente. Se maneja el número de 250.000 toneladas de estos devastadores residuos que están “escondidos” en algún lugar del planeta. Algún problema diminuto en algún “sarcófago” de estos sería el fin de todo. El documental que dejo aquí sirve para reflexionar sobre la improcedencia de la instalación de centrales nucleares. No es posible mantener esta producción energética ni siquiera a corto plazo. Dentro de poco se necesitará tanta energía para mantener estos “cementerios” que empezaremos a vivir solo para seguir haciendo funcionar el “control” del equilibrio de aquellas sepulturas del demonio más atroz: la radiación nuclear.
Cuando la izquierda revolucionaria plantea la estatización con control obrero, por ejemplo, para una central nuclear, no propone nada sobre el problema. Bien porque sabe que abolir estas centrales dejaría paralizado a muchos sectores de las sociedades modernas, bien porque cree que hay que seguir creyendo religiosamente que un control obrero haría desaparecer estos peligros. Es inevitable pensar que ha llegado el momento de reformulaciones importantes al nivel teórico. El socialismo tendrá este legado, guste o no. Tendrá que luchar contra el colapso inevitable de esta sociedad, la cual no está encontrando manera de esconder sus contradicciones, y lo peor,  que ha obligado  a las próximas generaciones a vivir en puntas de pie, cosa que no explote el arsenal de bombas atómicas que yacen en las profundidades de la tierra.

Más de un pragmático marxista suele retrucar que las verdaderas luchas son las dadas en el día a día, en el laburo. No las niego para nada, las apoyo cuando creo que ayudan, pero pensar “solamente” en el día a día y dejar afuera de las estrategias estas “rifas” del mañana (lo que no debe interpretarse como siglos)  no me parece lo más socialista que se puede hacer. 

Aquí el documental: https://vimeo.com/168473601


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