miércoles, 28 de junio de 2017

¿Todo es lucha de clases? El reduccionismo de varios sectores marxistas



Nature es la revista con mayor credibilidad científica que se conoce. Negarle valor a los estudios que se divulgan allí es un acto  incomprensible, más viniendo de gente autoproclamada "pensante". 
En esta prestigiosa revista se viene demostrando sistemáticamente que la gravedad del cambio climático no es una cuestión secundaria, sino principal. 

Cuando en esta revista aparece lo siguiente: 

“Mientras que la adaptación a un incremento de temperatura de 2 ºC puede comportar, principalmente, ajustes en las prácticas actuales, un mundo a +4ºC presenta amplios y complejos retos que requerirían probablemente transformaciones socioeconómicas y tecnológicas fundamentales en lugar de ajustes – en el supuesto de que estas transformaciones sean alcanzables. Pasar de 2 a 4 ºC supondría también, para cualquier ubicación [geográfica] concreta, una carga acumulativa de impactos crecientemente severos. Mientras uno o pocos impactos considerados aisladamente pueden resultar manejables, una acumulación [perfect storm] de múltiples impactos severos puede ser catastrófica.”

¿Cuál es la interpretación de un no científico? Esperar que sea el mismo científico quien responda es absurdo, porque el lenguaje y el pensamiento de tal sujeto se ciñen a lo estrictamente objetivo que le imprimen los condicionantes de la misma ciencia y no podrá dar una respuesta certera de lo que habremos de hacer sobre tales estudios alcanzados. Cuando el científico plantea que "pueden resultar... catástrofes" se suele tomar esta expresión como un tiempo futuro donde la incertidumbre se traslada directamente a tiempos muy lejanos. Esta práctica interpretativa lo único que hace es silenciar el problema para un después. Esto último, en los términos del problema que implica el cambio climático, no es otra cosa que relegar  lo que habría que hacer hasta el tiempo en que el problema nos caiga arriba con contundencia. 

El científico no podrá enfrentar el problema solo, porque necesitará de las demás disciplinas que lo ayuden a congeniar propuestas de superación y adaptación, si es que entendemos que la biosfera ha dejado de ser un término "abstracto" para las demás ciencias e intereses humanos. Tampoco el político (ni el revolucionario) podrá pararse frente al colapso sin tener en cuenta los trabajos de estos científicos que aportan variables imprescindibles para conocer y diagnosticar las probabilidades (totalmente impredecibles en muchos de sus términos constitutivos) del futuro. Un economista o un político (aunque sea marxista) deberá conocer mínimamente las leyes termodinámicas o las leyes de sistemas, por citar ejemplos esenciales,  además de sus aportes propios de sus disciplinas, así como comprender bases integrales propias de las funciones del sistema climático como para ofrecer respuestas a la desafiante coyuntura que se ha instalado de manera IRREFUTABLE. 

Indigna reconocer en ciertos sectores que plantean accesos "democráticos" a la información que  sobre asuntos cruciales (como el inminente y argumentado peligro de la extinción humana) callan ostensiblemente solo porque arguyen que alarmar "no contribuye en nada", cuando justamente es el no hacer nada frente a las alarmas científicas lo que nos coloca en la posibilidad de la última derrota de la humanidad: su muerte. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario