Robert L Heilbroner
escribió este libro antes incluso del informe del Club de Roma, lo que hace de
Heilbroner todo un visionario. En él afirma algo que todos debemos aceptar
bajando la cabeza: La crisis ecológica representa nuestro tardío despertar (lo
que nosotros debemos leer “derrota”) al hecho de que vivimos en lo que Boulding
Kenneth llamó nuestro Navío Espacial Tierra. En esta, como en cualquier nave,
la sobrevivencia de sus tripulantes depende del equilibrio entre la capacidad de carga del vehículo y las necesidades de sus
pasajeros. Para Heilbroner, hace más de 46 años que hemos sobrepasado el límite
de carga de nuestra navió (tierra). Pero más interesante es lo que plantea
sobre el modelo de sociedad futura socialista. Según el autor la crisis
ecológica a la que asistimos es como en la guerra, la cual afecta a todas las
clases y es capaz, por tanto, de inducir cambios sociológicos que resultarían totalmente
inimaginables en situaciones normales. Entonces, cuando el enemigo ya no es
simplemente una clase social sino la propia naturaleza los marxistas deben
obligatoriamente realizar algún tipo de ajuste ideológico que abandone la
bandera del crecimiento (superabundancia). Es decir, Heilbroner (que
seguramente cuando escribió el libro lo habrán bajado de un gomerazo por
“utópico”) tenía también razón en que los socialistas deben replantearse el
tipo de sociedad a la que podemos llegar realistamente.
Con el retiro de EE. UU. del Acuerdo de Paris (que ya era un acuerdo mínimo e insuficiente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero) la nave espacial tierra pasa a piloto automático. Necios aquellos que creen que esta nave no se estrellará próximamente.
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