viernes, 12 de mayo de 2017

El peligro de las centrales nucleares y la política insuficiente de la izquierda

El artículo de Izquierda Diario (Partido de los Trabajadores Socialista -PTS) plantea la preocupación por el proyecto del gobierno macrista de invertir en la producción de energía nuclear. Preocupación que compartimos todos los que tenemos conciencia de que estos proyectos en manos lucrativas son bombas de tiempo.


Pero uno no termina de entender ciertas posiciones que toman estos partidos que se proclaman revolucionarios, cuando en su propio artículo reconocen la gravedad del problema ambiental y energético y las raíces del mismo, pero terminan concluyendo que hay esperanzas que futuros avances tecnológicos superen  este estadio de fin de ciclo depredador. Ninguna tecnología podrá sostener una sociedad tal como la conocemos, salvo que encuentren otro planeta donde seguir contaminando y destruyendo el ecosistema. El articulista sueña:



Con esto no descartamos que las investigaciones futuras puedan llevar algún día a resultados superiores a los de las tecnologías actuales, sin estas contradicciones y peligros evidentes, 



cuando incluso remata en el mismo párrafo que el futuro nos prepara muchos potenciales Chernobyl: 



con naturalizar la comercialización masiva de un sistema de generación energética con problemas sin resolver, con costos ambientales para obtener el combustible, gestionar eternamente los residuos o aceptar el riesgo de vivir con cáncer como los trabajadores afectados por las centrales accidentadas de Chernobyl o Fukushima.



Por otro lado, el artículo cita a Marx en varias oportunidades para argumentar una posición de izquierda sobre el asunto, pero lamentablemente el texto no se anima a hablar de socialismo en forma clara y contundente. En ningún lugar se habla de la urgencia de la toma del poder. Peor aún, escamotea con el plan de acción coherente con semejante amenaza, y aboga por la vieja y hoy obsoleta consigna de solo abolir la megaminería, como si nos dijeran que las minas sin el "mega" se convertirían en atiimperialistas y, por ende, estarían a favor del pueblo trabajador. Nada más infantil, cuando es el mismo artículo el que advierte de que si algo sale mal no contamos el cuento y menos eso de que vamos a hacer la revolución. No hay que abolir la megaminería, hay que abolir toda minería y toda producción basada en energía proveniente de los fósiles, algo que no se animan a levantar porque implicaría hablar de lo que no quieren y no aceptan, que es que estamos en un momento histórico en el que hay que liquidar -antes que la naturaleza lo haga-a toda esta civilización del consumo. Lo que implicaría una reconversión total y gigantesca de la humanidad y de problemas de magnitudes inimaginables. Pero es lo que un partido revolucionario debería hacer, a pesar del inmenso tsunami de críticas y discusiones que eso implique. Negar el problema, desviarlo de su cauce solo por táctica del momento, no es hacer teoría revolucionaria, es colaboracionismo con la extinción de la especie. 



Si el articulista junto con su partido creen verdaderamente en la cita de Marx que cierra su texto, entonces, debería verse un llamado urgente de resucitar a la naturaleza y no  hacerla esperar más tiempo para que las "condiciones" objetivas y subjetivas se alineen en el tiempo y el espacio de un grupo iluminado. La central atómica seguramente se construirá y la contaminación seguramente empeorará, pero la izquierda revolucionaria -si no da un volantazo- terminará en la historia como un triste átomo partido al medio por la propia tecnología descontrolada que no supo destruir. 


http://www.laizquierdadiario.com/Patagonia-Macri-gastara-14-mil-millones-de-dolares-en-nuevas-centrales-nucleares?utm_content=buffer3b039&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer

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