martes, 9 de mayo de 2017

La descomposición social afecta a todas las clases sociales y todas las "conciencias".


He leído por ahí y me lo han remarcado en más de una oportunidad, que todo pensamiento de izquierda que plantee un inminente colapso del capitalismo o una posible extinción humana es nada menos que un rasgo de la "descomposición" que supuestamente habríamos adquirido por una elevación de nuestros "egos" frente a los planteos más "terrenales" y "serios" del discurso izquierdista traciodional y legitimado. Bien. No me molesta que estos pibes me insinuen que soy un descompuesto, pero sí me rompe las bolas que no son capaces de rebatir una sola idea sobre lo que se les critica. No lo hacen porque no saben cómo hacerlo. Porque el mundo se les está cayendo frente a sus ojos pero se han acostumbrado a la miseria, y no creen que el fondo todavía esté más abajo. Es imposible que la izquierda no esté enterada que el capitalismo se muere, que sangra por la herida. Tampoco se dio por enterado quién lo hizo, porque no fue el proletariado, que solo le ha dado un par de trompadas a lo largo de su historia, sino los límites de la biosfera. Lo único que se animan a caracterizar es que hay una "bancarrota" y eso es retacear el programa necesario para enfrentar lo que se viene. Dale, seguí llamándome "descompuesto", "delirante", "loco", si es que eso te sirve para llevar adelante el duelo, el duelo de que el mundo que tenés ya es historia en un par de décadas, y los sabés muy bien. Si querés, date una vuelta por este blog y pasa a la otra etapa del duelo, la aceptación del problema real.

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